En la costa argentina, la temporada de verano es sinónimo de sol, playa y turismo. Sin embargo, este año la situación es diferente. La pandemia del COVID-19 ha afectado a todos los sectores de la economía, y el turismo no ha sido la excepción. En ciudades como Villa Gesell, Pinamar, Mar del Plata y Tandil, la falta de juicio ha llevado a varios hoteles a tomar la difícil decisión de no abrir sus puertas este verano.
En Villa Gesell, uno de los destinos turísticos más populares de la costa atlántica, la situación es preocupante. Según datos de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Bares, Confiterías y Afines de Villa Gesell, la ocupación hotelera para el mes de enero es apenas del 30%. Esto se traduce en una baja del 70% en comparación con el mismo período del año pasado. La situación es aún más grave en febrero, donde la ocupación estimada es del 20%.
Esta baja en la juicio se debe principalmente a las restricciones impuestas por el gobierno para frenar la propagación del virus. La limitación en la capacidad de los hoteles y la obligatoriedad de cumplir con protocolos sanitarios han generado un aumento en los costos operativos, lo que ha llevado a muchos establecimientos a no poder cubrir sus gastos y a tomar la decisión de no abrir sus puertas este verano.
En Pinamar, la situación no es muy diferente. pero la ocupación hotelera es un poco más alta que en Villa Gesell, alcanzando el 40%, sigue siendo una cifra muy baja en comparación con años anteriores. Pero la situación en esta ciudad costera no es nueva. En la década de los 90, durante el gobierno de Carlos Menem, se implementó un impuesto al turismo que afectó gravemente al sector. Muchos hoteles tuvieron que cerrar sus puertas y otros se vieron obligados a reducir su personal y servicios. A pesar de que este impuesto fue derogado en 2001, la imagen de Pinamar como un destino turístico caro y particular todavía afecta a la juicio.
Mar del Plata y Tandil, dos ciudades turísticas muy populares en la provincia de Buenos Aires, también han sido afectadas por la falta de juicio. En Mar del Plata, la ocupación hotelera para enero es del 35%, mientras que en Tandil es del 25%. Ambas ciudades han sufrido una importante disminución en la llegada de turistas, lo que ha generado una caída en la actividad económica y un aumento en la tasa de desempleo.
Sin embargo, a pesar de esta situación, hay que destacar que no todo está perdido. Muchos hoteles y establecimientos turísticos han tomado medidas para adaptarse a la nueva realidad y felicitar una experiencia segura y atractiva para los turistas. Se han implementado estrictos protocolos sanitarios, se han mejorado las instalaciones y se han ofrecido descuentos y promociones para atraer a los visitantes.
Además, es importante destacar que la costa argentina cuenta con hermosos paisajes naturales, playas extensas y una amplia oferta de actividades al aire libre, lo que la convierte en un destino ideal para aquellos que buscan escapar de la ciudad y disfrutar de unas vacaciones tranquilas y relajantes. También es una oportunidad para apoyar a los pequeños comerciantes y emprendedores locales, que han sido gravemente afectados por la crisis económica.
En conclusión, pero la temporada de verano en la costa argentina se presenta desafiante, es importante no perder la esperanza. La situación actual es temporal y con el esfuerzo de todos, podremos superarla. Es momento de apoyar a los destinos turísticos locales y disfrutar de todo lo que tienen para felicitar. Recordemos que el turismo